Diez particularidades del ciclismo femenino que seguramente te sorprenderán


Cuando uno empieza a andar en bicicleta con chicas se llega a sorprender de los estereotipos que existen, e incluso de las graves equivocaciones y tabús que aún hoy, en la práctica del ciclismo femenino, perviven. Si para el hombre unos de los problemas más horribles de usar la bicicleta suelen ser de tipo prostático, para ellas suelen ser enfermedades molestas como vaginitis, e incluso infecciones de orina, pasando por enrojecimiento y llagas.

Todo ello (tanto en el hombre como en la mujer) puede prevenirse en gran manera con una buena higiene (zona perineal bien ventilada, limpiar y secar correctamente las prendas tras cada uso), así como usar prendas cómodas y sillines con una superficie acolchada destacable (por desgracia esto no suele hacerse), mucho más anchos en su parte trasera de los que comúnmente se ven en las tiendas.




Por lo tanto he decidido reunir diez curiosidades que giran en torno a la práctica de la bicicleta para mujeres, no con la intención de descubrir para nadie los aspectos intrínsecos de la práctica del ciclismo femenino, sino para llamar la atención sobre un tema del que poco se habla, del que se ignora mucho, y del cual creo que ya es hora de que empecemos a hablar sin tapujos todos los que nos sentimos parte, o formamos parte, del mundo de la bicicleta. Porque ellas también tienen derecho a que se hable de eso: de ellas, puesto que, en éste caso, toda la información que se dé nunca será bastante, y cuanto más se hable, mejor.

1- El cuerpo de la mujer es menos aerodinámico que el del hombre y, además, posee un índice mayor de masa corporal. Además, en fuerza pura el hombre aventaja a la mujer, por lo que los hombres son capaces de alcanzar mayores velocidades que ellas en llano. Sin embargo, al poder manejar mejor las fuerzas centrífugas en la bici y trasladar el centro de gravedad haciéndolo pivotar sobre la bicicleta, las mujeres pueden realizar descensos más vertiginosos y/o con trazados complicados con más facilidad que los hombres.


2- Muchas de las mujeres que compiten utilizan métodos anticonceptivos, pero no precisamente para los que los usan el resto de las féminas, sino para adecuar lo máximo posible sus periodos menstruales a sus calendarios de competición e intentar que ambos coincidan lo menos posible. De esta manera pueden competir sin las molestias de la menstruación.

3- En las etapas más largas uno de los problemas llega en el momento de hacer las necesidades corporales. Para orinar los hombres suelen apearse o, si las etapas son muy rápidas y el clima lo permite (y sobre todo en descensos muy prolongados), muchos eligen orinarse encima (el viento va secando el culotte a medida que transcurren los kilómetros). En el caso de las chicas obviamente también pueden orinarse encima, pero otra solución que tienen es subirse el culotte encogiéndolo y estirándolo sobre sí mismo (aquí os dejo un link donde se puede ver claramente, para las interesadas).


4- Para prevenir infecciones y rozaduras las ciclistas suelen rasurarse la zona pélvica. Por problemas con las rozaduras, tampoco suelen llevar ropa interior.

5- Los cuadros de bicicletas para mujer suelen tener una barra horizontal más corta que en el caso de los hombres. Esto no es solo, como comúnmente se piensa, para que las chicas puedan circular vistiendo falda en bici, sino por cuestiones anatómicas ya que los brazos de las mujeres suelen ser más cortos que en los hombres, así como sus hombros y tronco. Por esto, además, los manillares de las bicis para mujer deben de ser también más estrechos.


6- Es desaconsejable que las mujeres embarazadas anden en bicicleta, ya que el feto puede resultar dañado por la presión que sobre la zona pélvica ejerce el sillín. Además, cuanto más bajo esté el manillar, mayor presión se ejerce sobre el área genital, por lo que, tanto en mujeres como en hombres, se aconseja mantener una posición lo menos baja posible si usamos a menudo la bicicleta (resulta curioso pero la mayoría de fabricantes esto no lo tienen en cuenta). También hay sillines adaptados especialmente para el hombre (denominados prostáticos) como para la mujer.

7- En los primeros años de popularización de la bicicleta, a finales del siglo XIX, estaba mal visto y resultaba pecaminoso que las mujeres anduviesen en bici. Se creía que eso favorecía el que fueran más promiscuas e incluso se consideraba una forma de masturbación pública. Aún a pesar de todos los años transcurridos, las bicis están todavía prohibidas para mujeres en algunos países del mundo.


8- Ante el auge imparable de mujeres usando bicicletas, los médicos decidieron inventarse una enfermedad denominada "cara de bicicleta" para intentar disuadirlas de su uso.

9- La mayoría de marcas publican sus catálogos de bicis eléctricas con el público femenino como objetivo, porque piensan que a las mujeres no les gusta pedalear o/y se cansan pronto de ello. Aún hay muchos estereotipos por combatir, incluso entre los propios fabricantes de bicicletas.

10- El ciclismo no es un deporte de impacto, al contrario que el running, padel, tenis, aerobic, patinaje y similares, por lo que no daña las articulaciones y además es mucho más beneficioso para las mujeres con pechos grandes.



Lectura recomendada: "Bicycling for Women", de VeloPress.

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